Hay un lugar donde ya no estamos. La casa que se deja. El país. La calle. Entonces la ausencia puede hacerse reversible y se convierte en presencia. Su eco tropieza en cada pared y se proyecta. Se palpa. Se dibuja y se desdibuja. O es que también, la memoria falla? Los recuerdos traicionan. Certeza o fantasía. Muchas veces dudas. Entonces la oquedad se ocupa.
Pasa y siéntate. Y aunque te vayas, te quedas. Aunque no te vea, te veo. Te siento Te presiento. Y bendita sea la ilusión de cada esquina con una silla vacía, ya que con ella nuestro lugar aguarda en la memoria, aunque esta se desvanezca. Adriana Herrera-Rivera
The Corner.
There is a place where we are no longer. The house that is left behind, the country, the street. A place where the absence becomes reversible and turns into presence. There, its echo bumps into every wall and projects itself. It becomes touchable. It draws and blurs itself. Or is it also that memory fails? Memories betray. Certainty, fantasy. Many times doubt. And so the hollowness takes over.
Come in, sit down, and when you leave...you will stay. When I don't see you.. I will see you. I feel you. I sense you.
Blessed is this illusion of each corner with an empty chair, since with it our place awaits in memory, even if it fades. Adriana Herrera-Rivera